Tras la horrible explosión de la planta nuclear de Fukushima
tras el maremoto de Japón hace seis años el gobierno ha dado el visto bueno
para que la población vuelva a sus hogares. La radiación es una de las fuerzas
más poderosas de la naturaleza pero no ha podido con este animal tan conocido.
Tras que el gobierno dictaminara que la zona afectada por la
contaminación de la central nuclear los habitantes originarios Namie esperan
volver pronto a sus casas. Namie es una ciudad situada a cuatro kilómetros de
la planta nuclear. Han pasado seis años desde el fatídico suceso y parece que
la población humana podrá regresar a la zona. El problema es que una especie animal
ha llegado antes y ha reclamado la ciudad abandonada en propiedad. Los jabalíes
que vivían en las montañas han descendido de ellas debido a que la población
humana se había marchado.
Uno de los mayores problemas es que no se pueden volver a
trasladar a las montañas ya que han estado un período de tiempo suficientemente
largo como para que estos animales se sientan amenazados. Los jabalíes son
animales muy adaptables y han encontrado un lugar que les brinda protección y
alimento por lo que es de extrañar que tan pronto lleguen las personas se
vayan. Este es un problema inesperado e importante ya que los grandes machos
pueden ser muy territoriales y peligrosos.
En el pueblo cercano Tomioka un grupo de trece cazadores se enfrentan a estos animales
con el fin de capturar y cazar a la mayor parte de ellos, y esperando que el
resto regrese a las montañas por su propia voluntad. El equipo distribuye unas
treinta trampas en las que utilizan como cebo harina de arroz. Hasta el momento
los cazadores han eliminado entrono a trescientos animales, tan grande es el número
que sigue campando a sus anchas que los cazadores saben que van tener que
seguir por la zona incluso cuando la gente se haya establecido para evitar
problemas.
Alrededor
de 21500 personas vivían en esta localidad, la mitad de ellas afirma que no van a volver, aunque las
recientes encuestan han demostrado que el miedo a la radiación ha disminuido
considerablemente. Esta zona no es la única afectada por este suido, la misma
operación se ha estado realizando en otros tres pueblos cercanos. Es bonito
pensar que una zona que ha sido tan gravemente afectada por los seres humanos
pueda ser aprovechada por la naturaleza.
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