El águila imperial ibérica es una de las rapaces más
valoradas por los españoles, es la única rapaz exclusiva del territorio
español. Fue símbolo de poder años atrás en escudos heráldicos pero por
desgracia su población bajó desde entonces. En este artículo hablaremos de sus
características.
Los adultos miden entre 75 y 85 cm de altura, las hembras
más grandes que los machos pueden llegar a pesar 3,5 kg. Su envergadura alar
varía entre 1,8 y 2,1 metros. El plumaje de los ejemplares adultos es
totalmente pardo con los hombros salpicados de plumas blancas, su nuca es una
de las partes más reconocibles por sus plumas marrón claro o dorado. Los
inmaturos de un año de vida presentan un color pardo rojizo, en su segundo año
de vida el color se torna pajizo. En el tercer año el plumaje se le llama
damero debido a que se intercalan plumas de color pardo, entre el cuarto y
quinto año el color pardo predomina. Su madurez sexual es alrededor de los 5
años por lo que en ese momento apreciamos el plumaje adulto.
Las águilas de esta especie tienen una esperanza de vida de
alrededor de 20 años, aunque se han encontrado ejemplares de 27 años y de 41 en
cautividad. Se la puede ver en multitud de hábitats del sur de España, pinares
en zonas de montaña o marismas en las zonas de costa. Las zonas deben estar
pobladas abundantemente con conejos ya que son su fuente principal de alimento.
En su territorio de unas 2000 hectáreas distinguimos tres áreas:
Área de caza próxima: en ella el
águila es donde más tiempo pasan cazando la mayor parte del tiempo, es una zona
muy defendida por la pareja.
Área de caza lejana. Es utilizada
ocasionalmente y no tan defendida como la anterior ya que en ella cazan varias
parejas.
La época de celo de esta rapaz es entre marzo y julio,
durante este tiempo la pareja repara los nidos empleados años atrás con ramas
secas, hierba y barro. Los nidos suelen estar en copas de árboles como
alcornoques y pinos. Las hembras tienen una puesta de entre 4 y 5 huevos y no
es raro ver desarrollarse a tres aguiluchos, es curioso ya que lo normal es que
los pollos compitan tanto entre si que solo sobreviva uno. Cuando es un año
malo si que solo suele sobrevivir el pollo más fuerte. A veces tras la marcha
de los padres en busca de comida los pollos son atacados por zorros o incluso
por águilas reales. Tras unos 70 días los jóvenes abandonan el nido pero se
mantienen en las inmediaciones donde los progenitores siguen alimentándolos.
Su población ha ido aumentando a lo largo de los años
gracias a las medidas de especial protección. En 2004 solo contábamos con 194
parejas reproductoras pero ya en 2010 se censaron 279 parejas en España y 3 en
Portugal. Actualmente el gobierno español apoya la conservación de esta rapaz,
algunas comunidades tienen sus propios métodos de conservación.
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