Los gatos son una de las mascotas más comunes en nuestras
casas y pisos, su mirada, su suave pelaje y su divertida forma de jugar nos ha
enamorado. Sabemos que antiguamente la gente los apreciaba como cazadores y
controladores de plagas como ratas y ratones pero que ha sido de ese instinto.
Todo aquel que hay jugado con un gato joven sabrá que un
ratón no tendría nada que hacer contra él, pero hoy ya no hay ratones
correteando por los pasillos de casa. A falta de esto cualquier estímulo de
movimiento los atraerá y hará que se vuelvan locos- podemos verlo en las
cortinas rasgadas, sofás arañados y por su puesto en los brazos y manos de su
dueño.
En un piso podemos preocuparnos de nuestros muebles pero
todos aquellos que los tengan sueltos en una finca no se preocupan de esto,
pero si los naturalistas. Los gatos y los hombres son los únicos animales que
cazan por placer, no es raro ver ratones cazados por ellos en el jardín pero
que no se los han comido.
Según muchos expertos estos adorables animales son un
peligro para muchos ecosistemas, por ejemplo en Australia el kakapo estuvo al
borde de la extinción en parte por la caza de gatos a ejemplares de este
curioso loro. Un estudio reciente ha desvelado que mueren más pájaros en las
ciudades por culpa de los gatos que por chocarse contra las ventanas de los
rascacielos.
El gato ocupa el 38º puesto en la lista de cien especies
invasoras según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Son cazadores tan eficaces que nueva York los pretende usar para acabar con la
plaga de ratas de la ciudad y tienen claro que es la mejor arma. Los colonos
europeos lo distribuyeron por todos los sitios donde no existían. En Australia
no había población felina original, los carnívoros eran todos marsupiales como
el Tilacino o el diablo de Tasmania. Esto provocó el desequilibrio de un frágil
ecosistema, algo similar a la introducción del conejo europeo allí.
Su pequeño tamaño no les impide ser tan audaces como para
cazar animales tan grandes para ellos como palomas, ratas y algunas veces se
les ha visto cazar serpientes. El gato montés, la versión salvaje de nuestros
gatos, es uno de los felinos que en territorios salvajes mejor se desenvuelve. Su
reducido tamaño le permite cazar pequeños animales que nos son acechados por
depredadores más grandes.
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